Que Robert de Niro es una gran actor es algo que muchos amantes del cine, damos por supuesto. Quizá haya hecho mejores películas como "El cabo del miedo" (Martin Scorsese - 1991), "Taxi Driver" (Martin Scorsese - 1976) o "Heat" (Michael Mann - 1995), pero siempre es más que correcto en sus papeles. Con esta introducción no quiero decir, ni mucho menos, que la película que paso a comentar sea mala. Bajo mi punto de vista, si una película te produce algún tipo de sensación, más o menos duradera (vamos, ... que no te deja indiferente) después de haberla visto, es que tiene algo. Éste es uno de esos casos.
Ganadora de un Óscar a mejor película (aunque es una cosa que tampoco le doy excesiva importancia, la verdad), "El cazador" es un drama postbélico que se desarrolla en un pueblo de Pennsylvania donde llaman a filas a tres chicos que trabajan en una fábrica siderometalúrgica, para que sirvan a su país en la guerra de Vietnam. El film va desde la locura, desenfreno y felicidad desbordantes de estos personajes, contrastando con los decorados y escenarios en que se
desarrolla su acción (pueblo triste, industrial y con el cielo siempre encapotado) hasta el más profundo desasosiego y tristeza cuando vuelven a casa. Esta aventura en la guerra, marca a cada uno de ellos, a su entorno y a las personas que les rodean, de una manera u otra. Me quedo con el omnipresente uniforme de Robert de Niro, que simula, a mi entender, que la guerra y sus horrores quedarán impregnados en sus vidas y en el devenir de sus acciones. ¿Qué significa ser veterano de guerra?.
A pesar de las tres horas de película, no se me hizo pesada en ningún
momento. Fantásticas las interpretaciones de Robert de Niro, nominado al Oscar y Christopher Walken, ganador de un Oscar, como mejor secundario por esta película, premio para la que también fue nominada Meryl Streep, realizando también una magnífica interpretación.
No es que compare esta película con otras como "Nacido el 4 de Julio" (Oliver Stone - 1989), que también muestra el horror de los que vuelven a casa después de la guerra, pero creo que consigue imprimir un sentimiento de más frustación y tristeza que en otras películas como la anteriormente citada, ya que externaliza de una manera muy simple y a la vez efectiva, los sentimientos de los personajes, dando un cierto toque de patetismo a alguno de ellos. La escena final es el colofón a la película. Juntos alrededor de una mesa, pero todos de una manera u otra tocados por la guerra y con sus vidas estigmatizadas para siempre.
La recomiendo encarecidamente. Es una película que se ha de saborear lentamente, con meticulosidad, como el buen vino y que de la misma manera, mejora con los años. Personalmente, entre todas las fantásticas escenas, me quedo con la que enfrentan sus captores a De Niro y Walken en el campo de prisioneros en Vietnam al escalofriante juego de la ruleta rusa. No sé a vosotros, pero a mi se me pusieron los pelos como escarpias, ... vaya caras las que ponen los actores ... de autentica locura.
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