Que la
televisión no es lo más educativo que puede verse hoy en día, es una
cosa que está clara. Pero además, si dentro de una família no hay una
cohesión y una comunicación óptimas, los resultados pueden ser
catastróficos en la educación de un niño. "De mayor quiero ser soldado",
es una película de producción hispano-italiana que ha recibido premios
tan importantes como los del festival de Sitges y el Cinesul de Río de Janeiro, entre otros y está dirigida por Christian Molina
("Diario de una
ninfómana" - 2007). El trabajo del director barcelonés, nos presenta una historia dura, directa, tajante y sin
contemplaciones, de un tema de absoluta actualidad y aunque está narrada de una manera tosca, creo que es efectiva con aquello que se quiere mostrar. Fergus Riordan, Ben
Temple, Valeria Marini, Andrew Tarbet y Jo kelly son algunos de los
actores principales, con apariciones especiales de actores clásicos del
celuloide como Danny Glover y Robert Englund (si si Freddy Kruger ...).
Es la
historia de Álex, un niño al que le cambia la vida el echo de que
nazcan sus dos hermanitos. Los padres, que no tienen una buena relación
de pareja, no disponen del tiempo necesario para
atender las
necesidades educativas y afectivas del chico. Dichas necesidades son
suplidas por la TV, que tras mucha insistencia, consigue que sus padres
le coloquen en la habitación y por lo tanto la visualización y absorción
de información entra en la personalidad, aún en proceso de formación
de Álex, sin ningún tipo de filtro ni control.
El
niño, tras dar muchos
problemas de comportamiento en el colegio, se pone en manos de
psicólogos infantiles que intentan reencauzar su educación y formación.
Es ahí donde la falta de cohesión de sus padres hace que todo estalle en
mil pedazos. La película no es tanto una crítica a la educación y al
papel de los padres, sino al fácil acceso que tienen los menores a la
información, sin ningún límite y sin la tutela de un adulto. "Me gusta
ver la tele, porque aprendes muchas cosas", ese es el comentario de Álex
en uno de sus monólogos durante el film. Insultos, escenas
extremadamente violentas, destrucción, muertes, imágenes sangrientas,
son las enseñanzas que recibe el chico y que acompañan y aplica, en su
vida diaria
en el colegio y con su família. Todo esto lo podemos encontrar casi 24
horas al día en cualquier canal de televisión. Los videojuegos, los
noticiarios y los programas no adecuados para menores en horas
igualmente
no aptas, provocan el desastroso final y un desenlace fatídico.
La película
es angustiosa, tiene un ambiento tenso y de opresión y sorprende que
sea así cuando lo que está mostrando son los sentimientos
de un niño de 10 años. Es precisamente en ésto, la visión del mundo que
se forma y se gesta con la incorporación de toda esa masiva información
que adquiere el chico, donde la sensación de angustia y desesperación se
apodera del espectador, no dando crédito al comportamiento de un niño de
esa edad.
Aunque puede que para
muchos espectadores resulte
tópica y redundante, creo que desgraciadamente a veces no se hace
suficiente incapié en este tipo de asuntos que son un reflejo del
comportamiento de algunos niños de hoy en día (además, para mostrarnos
eso, están los telediarios que también colaboran a potenciar esta
situación con un sensacionalismo cada vez más incipiente) Nuestra
sociedad, desafortunadamente, viaja en un tren de gran velocidad, sin
deternernos a
mirar a nuestro alrededor y prestar atención a todo y a todos aquellos
que nos rodean. Para reflexionar profundamente.